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Con los edificios trasladados de diferentes lugares de Estonia también llegaron al Museo al Aire Libre diferentes historias aldenas y sombras de acontecimientos que se vivieron en estos hogares. En esta ruta se puede participar en historias reales y leyendas relacionadas con nuestros edificios.
SASSI-JAANI. Según la leyenda popular, el constructor de la casa-trilla Sassi-Jaani había sido el fornido campesino Suur-Jüri (Jorge el Grande), quien del bosque de la casa-hacienda Koluvere desarraigó para éso los abetos mas voluminosos. Desde muchas verstas (cada versta tiene 1067 m. –N. del Tr.–) de distancia, él trajo sobre sus espaldas las piedras del molino para base del jambaje de puertas. Cuando en el curso de la construcción se vio que la fachada frontal del inmueble no quedaba directamente hacia el sur, con ayuda de toros de yunta la orientó correctamente. No pudo realizar hasta el final su propósito a juzgar por las paredes y las jambas del espacio-trilla, que quedaron un tanto descentradas. En realidad, se toma a Sassi Mart como el primer dueño de la finca fundada en 1803. El verdadero héroe de cuentos populares probablemente fuera su hijo Sassi-Jüri, quien indiscutiblemente resultó "grande" habida cuenta que tomó sobre sí las obligaciones de dueño en una edad tan temprana como fue a sus 19 años.
La finca está relacionada con la historia cultural de Estonia. En 1907 por su matrimonio, Mai-Linda Laipmann, hermana del pintor Ants Laikmaa, vino ésta a constituirse en dueña de Sassi-Jaani. A partir de este suceso, el pintor pasaba temporadas frecuentes en Sassi-Jaani trayendo consigo huéspedes famosos, como la poetisa Marie Under y otros. Así como se afirma, ya en los años de 1920 Laikmaa solicitó el traslado a Kadriorg de Tallinn de la casa-trilla como objeto que merece ser admirado.
KÖSTRIASEME. Como su nombre lo indica, Köstriaseme (Lugar del sacristán. N. del Tr.-), en tiempos pasados fue residencia de sacristanes. Kiriklaküla fue aldea de comarca parroquial, cuya renta se pagaba a la cercana hacienda de la iglesia Hageri. El sacristán que residía en la finca fue gran aficionado de la jardinería, y en Köstriaseme hubo muchos manzanos y arbustos decorativos de diversas variedades. Por lo mismo, seguramente varios campesinos locales se entusiasmaron para formar su propia huerta de árboles frutales. En la huerta campesina injertose ramitas de manzanos cultivados al tronco de manzanos silvestres; por lo general los injertos se traían de la casa-hacienda o de la casa parroquial, independientemente que fuera de manera subrepticia o por consejo de los hacendados –de allí deriva su nombre saksa õunapuud (manzanos alemanes o manzanos de los señores –N. del Tr–.) refiriéndose a nuestras más antiguas variedades de manzanos de fincas rústicas. También, árboles y arbustos decorativos, entre ellos especialmente preferidos, lilas, saúcos y jazmines nos llegaron a través de Alemania intermediando los señores locales.
HERRERÍA PULGA. La herrería de la finca Pulga es originaria de la finca Oluva de la aldea Kahala. Según historias, Olav, el herrero de la hacienda, había recibido del conde de Kolga la propiedad como obsequio por su buen servicio prestado. De la herrería, hecha con piedra caliza, se relaciona una historia popular exagerada –precisamente, el zar Pedro l en su camino a Tallinn hizo herrar su caballo en este establecimiento–.
El primer emperador de Rusia habría estado en Estonia por vez primera ya a fines del siglo XVll, en tiempos de Suecia. En la Guerra del Norte dirigió el cerco de Narva y Tartu. Después de 1710, cuando Estonia pasó a jurisdicción de Rusia, Pedro l pasó repetidas veces por acá, especialmente interesándose por la construcción del puerto de Paldiski y de Tallinn, como también mandó erigir el Palacio de Kadriorg. Con este gobernante legendario se relacionan tantas leyendas locales que solamente puede sorprender cómo él, luego de plantar tantos árboles y de visitar tantos lugares, todavía tuvo tiempo para otras cosas. Sea como fuere, la herrería de Pulga es llamativo edificio, y su anterior emplazamiento en la aldea Kahala, cerca de la carretera de Petersburgo a Tallinn, invita al surgimiento de semejante leyenda.
FINCA HÄRJAPEA. La construcción de la magnífica casa-vivienda que quedaba en la aldea Võide, casi le hubiera costado la vida al hijo menor del dueño. El joven adolescente Johannes quiso mostrar su valía como hombre adulto al lado de su padre y de su hermano mayor, por lo que tomó la secreta determinación de dinamitar las piedras para el fundamento de la casa. Pagó su inexperiencia con enorme accidente, pero, para suerte suya, utilizando su sabiduría curativa, salvaron su vida las monjas del claustro de Kuremäe, que quedaba cerca. El dato de "1909" en el fundamento de las piedras marrones del campo recuerda la construcción de la casa, según las poéticas evocaciones de Johannes "todavía tengo en mis manos, pies y cabeza las mismas esquirlas marrones". Johannes Orro en la República de Estonia obtuvo el grado de mayor; después de su retiro del ejército, llegó a ser dueño de un café y tiendas en Tallinn.
La boca popular habla cómo durante el quehacer de edificación activa, los hombres más influyentes de la aldea Võide medíanse entre ellos: cada cual quería tener las habitaciones más altas, los más soberbios hornos, los más finos muebles. Mientras el dueño de Härjapea estuvo fuera de la aldea en sus gestiones particulares, el dueño concurrente de la finca Sepa llegó a elevar las paredes de su vivienda con una fila adicional de troncos. !Pero nadie en la aldea poseía hornos tan hermosos, de tres colores, procedentes de Petersburgo, ni el magnífico piano de cola como el de Härjapea!
MOLINO DE VIENTO DE NÄTSI. El poderoso molino de viento originario de la Región de Läänemaa estuvo en la aldea Nätsi de la comarca Koonga. Según la leyenda, a mediados del siglo XlX lo trajeron a Nätsi desde Pärdi-Madise de la aldea Rabavere de la misma comarca. Siendo el dueño de la finca enfermo mental, sus apoderados vendieron el molino de viento a la finca Karjamaa de la aldea Nätsi. En la segunda mitad del siglo XlX una tormenta tumbó el molino de viento –la boca popular cuenta que el hijo del dueño de la finca Karjamaa vino precisamente del bosque con ramas para escobas y advirtió que el molino había empezado a funcionar solo–. El muchacho tiró las ramitas al suelo y corrió para detener el molino. Llegado que hubo al lado del mismo, éste se vino al suelo y el muchacho falleció bajo el molino de viento. Reconstruyeron el molino reforzándole esta vez el pilar con base de piedras a su derredor.
Allá por el 1898, el dueño de Karjamaa vendió el molino a la finca de Reinu de la misma aldea, y ampliárondolo en su nuevo emplazamiento. Después de la Primera Guerra Mundial otra vez el molino de viento cambió de dueño, comprándolo en esta oportunidad el pobrete Ants Kümmel, de Vanasauna (de la Sauna Vieja –N. del Tr–), para ganarse la vida. Toda la gente de los alrededores se congregaba en el sitio, moliéndose con buen viento más o menos dos toneladas de grano.
QUINTA SUIZA. La casa-hacienda de verano Rocca al Mare fue fundada en 1863 por Arthur Girard de Soucanton, burgomaestre de Tallinn. El nombre italiano del sitio de recreo Rocca al Mare, en estonio "Kalju mere ääres", nos habla de aquella admiración por Italia como país que concentra todas las fascinaciones.
A fines del siglo XlX en Rocca al Mare había muchas atractivas quintas, se configuró hermoso parque boscoso, con sinuosos senderos muy bien dispuestos, hallábanse piedras conmemorativas y esculturas referentes a temas de antigua mitología. La casa veraniega de estilo casita de montaña suiza, fue construida en 1870 para Etienne Girard de Soucanton, hijo del fundador de la hacienda de verano. Frente a la quinta se extendían bancales de rosas y otras flores, así como colindaba con gran huerta de árboles frutales. De este modo, como debe ser una verdadera casa-hacienda, no faltaba sus almas en pena –a altas horas nocturnas se escuchaba pasos en las escaleras y sordos golpes de puertas que se abrían y cerraban–. Anda a saber si se trataba de Suka Anton mismo (el pueblo no pronunciaba el apellido en francés, y fonéticamente la palabras Suka Anton resultaba Antonio de Calcetín. –N. del Tr.–) o de alguno de sus cercanos, o de alguna otra alma intranquila de los días de pensión de la hacienda veraniega.
VÍA APPIA. Cuando Helene, hija del fundador de Rocca al Mare se casó con el conocido investigador de historia doctor Eugen von Nottbeck, se formó en aquella hacienda de verano un aire especial de interés hacia la antigüedad. En 1879 en el parque boscoso de Rocca al Mare empezose a trazar una singular alameda, cuyo modelo fue el mayor camino de guerra de los romanos, Via Appia, que iba de la Ciudad Eterna a Capua.
La Vía Appia en Rocca al Mare fue alameda de 0,5 km. dentro del bosque, a cuyas márgenes había 18 grandes planchas de piedra grabada. Por lo general eran grandes lápidas de tumbas encontradas en el piso del claustro de los dominicos de Tallinn. La alameda empezaba y concluía con sendas puertas de triunfo. El camino boscoso, romántico y sombrío duró decenios entre los mejores y más vistosos lugares cercanos de Tallinn. Altamente se valoró la lápida mayor del concejal Adolf, que se remonta al año de 1330. En 1930 con gran boato se celebró en Rocca al Mare el jubileo de los 600 años de la lápida. Para las celebraciones, en Vía Appia organizaron desfile de antorchas de los espíritus medievales que se encontraban en relación directa con la piedra de Adolfo. Después de escuchar un discurso en latín, el desfile de espíritus se hacía humo dirigiéndose los huéspedes de la fiesta a la casita Suiza, donde se bailaba hasta altas horas de la noche.
TIENDA DE LA ALDEA LAU. El edificio en la aldea Lau de la parróquia Juuru, donde funcionaba la tienda, fue construida el 1914 por Jaan Meinberg. Para el hombre, que gran parte de su vida trabajó como destillador en la casa-hacienda Ingliste, el aguardiente resultó fatal: tomó equivocadamente ácido carbólico por aguardiente, y murió de envenenamiento. Hay datos firmes sobre el mantenimiento de la tienda desde el año 1925, tienda que, por el sitio bajo y acuoso donde las carreteras se cruzaban, recibió nombre popular – Tienda de Pasaaugu (Hueco de churreta –N. del Tr.–). En la segunda mitad de los años de 1930 la viuda del constructor del edificio, Anna-Pauline Meinberg y su hija ilegítima Alice, mantenían el negocio. El pueblo las llamó Poe-Mamma y Poe-Liisi (Matroncita tendera y Liisi tendera. N. del Tr.-). La tienda de la aldea Lau fue una típica pequeña tienda de artículos surtidos, donde vendían tanto productos comestibles, como de mercería, de ropa y de ferretería. La mercancía llegó por lo general a través de agentes viajeros. En tiempos de fiestas navideñas siempre venían representantes de cervecerías Saku y Tartu para obsequiar a la tienda una caja o una cesta de cerveza. Así como se susurra, Poe-Liisi también por lo bajo vendía aguardiente ilegal. La expresión preferida de la señorita de la tienda era: "Toda la mercadería está en precio angross!", lo que significaba, al por mayor.
En Lao estuvo el primer receptor de radio de la aldea, adonde muchos iban a escuchar. Lamentablemente, no fueron sus dueñas las patroncitas de la tienda, sino un sastre inválido, Karl Rinaldo, a quien en los años de 1938-1939 le arrendaron la trastienda para vivienda y taller.
CANTINA DE KOLU. A partir del siglo XV hay noticias de las primeras cantinas de Estonia. Fueron sobre todo locales de venta de bebidas alcohólicas, pero en caso de necesidad también sitios de hospedaje para viajeros. Además de esto, las cantinas fueron para los campesinos círculos donde se discutía sobre los sucesos del día, se concluía contratos de compra-venta, contrataban sirvientes, organizaban fiestas de bailes. En la época de descontento del campesinado, las cantinas se volvieron centros de reuniones donde se investigaban las letras de las leyes y preparaban planes de insubordinación. Así fue en 1805 en las cantinas de Orina, Paju y Kuivajõe, así como en 1858, en tiempos de Guerra de Mahtra en la cantina Atla-Eeru.
La cantina de Kolu al lado de la carretera Tallinn-Tartu, en la aldea de Kolu, está relacionada con los años de niñez y juventud de Johannes Lauristin. En los primeros años del siglo XX la tienda trabajaba en el viejo edificio de la cantina, donde el futuro comunista y político había escuchado las conversaciones del pueblo campesino y observado tipos humanos. Estas observaciones reales de su juventud usó Johannes Lauristin en la Cárcel Central de Tallinn, cuando en 1936 empezó a escribir su novela "República". La obra, sobre la historia del movimiento obrero, mayormente autobiográfica, quedó inconclusa, publicándose en 1953 bajo el seudónimo Juhan Madarik.
- Dispón de tiempo: 1 - 1,5 h
- Distancia de la ruta: ~ 1,5 km
- Principales puntos de interés:
Las fincas Sassi-Jaani, Köstriaseme, Pulga, Härjapea, el molino de viento Nätsi, la quinta Suiza, Vía Appia, la tienda Lau, la taberna Kolu.